He estado pensando mucho en el cielo últimamente. Eso tiende a suceder cuando tienes a alguien allí que es muy querido para ti y que está muy cerca de tu corazón. Mi hermosa hija Melissa, quien iluminó la vida de nuestra familia durante 17 años, ha estado en el cielo desde junio de 2002, haciendo que ese lugar, muchas veces misterioso, parezca estar más cerca que nunca.
Un día, mientras escuchaba música de alabanza con mi hijo de 16 años, se me ocurrió algo muy emocionante. No lo puedo probar bíblicamente, y puede hasta sonar ridículo, pero el concepto me hizo sentir más cerca de Melissa. Y me puso a pensar en estar con Dios.
Empecemos con lo que sabemos sucede en el cielo. Estamos seguros de que allí hay adoración y cánticos. E incluso sabemos algunas de las letras de las canciones del cielo. El libro de Apocalipsis nos dice hasta ahí.
Pero, ¿y si Dios tuviera otras canciones para los adoradores del cielo? ¿Y si Él además (esta es la parte buena) decidiera que los que estamos en la tierra nos podemos beneficiar de ellas? ¿No pudo haber sido Él quien inspirara la letra de «Grande es tu fidelidad» o algo más contemporáneo? ¿Y no podrían ser también esas canciones que cantamos aquí las favoritas en el cielo, ahora mismo?
Yo le dije a mi hijo: «¿No sería maravilloso si Melissa estuviera cantando las mismas canciones en el cielo?»
Ponte a pensar. ¿Alguna vez has cantado «Digno es el Cordero»? en el cielo se canta eso, según Apocalipsis 5:12. ¿No sería posible que cuando cantamos una canción cristiana moderna, como «Canta al Señor», los coros del cielo la estén cantando también?
No importa si mi idea es correcta o no. Lo que importa es que veamos el cielo como un lugar real ocupado por personas reales que adoran a un Dios real.
Cuando nuestras canciones de alabanza nos ayudan a recordar eso, elevan nuestros corazones en la dirección correcta: hacia Dios y hacia la recompensa inimaginable, increíble y eterna que espera a todos los que ponen su fe en Jesús. Ya sea que cantemos las mismas letras del cielo o no, ¡cantemos! —JDB