He aquí una señal cultural positiva… ¿será posible? Ya lo creo que sí. La Comisión Cristiana de Películas y Televisión de los Estados Unidos reveló su análisis de las diez primeras películas del año 2002, y la crítica es bastante buena. Según la comisión, «los cinéfilos del 2002 querían ver películas que no tuvieran un exceso de lenguaje sucio, sexo, desnudez, violencia ni abuso de sustancias adictivas».
He aquí algunas estadísticas del estudio de la película:
•Cuatro de las primeras cinco no contenían inmoralidad sexual.
•Las diez tenían muy poco o ningún uso de alcohol.
•Noventa por ciento no contenía uso ilegal de drogas.
•Ochenta por ciento tenía cierto contenido cristiano positivo.
¿Qué significa todo esto? El Dr. Ted Baehr, presidente de la comisión, nos da esta reacción: «Los hechos demuestran que las películas con principios morales, virtudes piadosas, valores tradicionales y un contenido cristiano positivo son las más taquilleras.»
Ya sea que estés de acuerdo o no con el buen doctor, considera los filmes que miraste el año pasado. ¿Alimentaron tu alma y corazón, o llenaron tu mente de basura?
En Filipenses 4, el apóstol Pablo dio unas directrices para lo que debemos buscar en nuestra dieta de entretenimiento (así como otros aspectos de nuestra vida). En la lista encontramos la palabra digno(la palabra griega es semna, que significa «que merece respeto»).
La palabra final que él mencionó es honorable(euphemao lo que es
«digno de alabar, atractivo y verdadero ante las normas más altas»).
Pablo imploró a los filipenses que discernieran cuando escogieran qué iban a meditar. Su deseo era que sus lectores fueran creyentes que crecieran y maduraran y se concentraran en pensamientos dignos, correctos y puros. Él sabía que esta práctica edificante los llevaría a vivir de tal manera que reflejarían mejor a Jesús y sus atributos.
Las películas, y otro tipo de entretenimiento, que no sea digno de respeto o alabanza nos dejan queriendo más. Nos privan del «alimento» que nos enriquece espiritualmente. Ignoremos el entretenimiento que es vulgar a los ojos de Cristo. —TF