Mis primeros días en el ejército me llevaron a un lugar en el Medio Oriente lejos de una iglesia cristiana, por lo que dependía mucho de nuestro pequeño servicio de capilla.

Nos referíamos a uno de los asistentes a la capilla como «el predicador», porque de vez en cuando ocupaba el lugar del capellán. Tenía una manera suave de hablar y la animada cadencia de un orador innato. Pero decía algunas cosas que estaban directamente en contra de mi comprensión de las Escrituras.

Un domingo en la mañana nos reunimos para un estudio bíblico. El capellán hizo una pregunta muy buena. ¿Es correcto probar a Dios «poniendo un vellón»? Pidió al «predicador» que explicara lo que significaba la frase. Pero nuestro aspirante a pastor reprobó miserablemente.

La obvia referencia del capellán era a la historia de Gedeón (Jueces 6). Dios le había pedido que guiara a Israel en una operación militar contra la tribu de Madián y sus aliados. Gedeón no tenía confianza (v.15), por lo que probó a Dios dejando un vellón afuera durante toda la noche. Pidió a Dios que mojara el vellón con rocío al tiempo que mantenía seco el césped a su alrededor. La noche siguiente pidió que el vellón se mantuviera seco al tiempo que el suelo a su alrededor se mojaba (vv.36-40).

Esa es la historia que «el predicador» debió haber contado. En lugar de eso nos contó una historia de la mitología sobre Jasón y los argonautas. «El predicador» no sabía quién era Gedeón. Estaba claro que le faltaban credenciales básicas.

Es fantástico escuchar a un orador dinámico, pero sólo si sus palabras son verdaderas. La iglesia primitiva de Berea sabía esto. Lucas nos dice: «Estos [los de Berea] eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así» (Hechos 17:11).

Hoy día hay toda clase de mensajes de diferentes tipos de persona, todas implicando que dicen la verdad. Entonces, ¿cómo podemos discernir lo que es correcto? Pregúntate a ti mismo: ¿cómo se eleva esto a la altura de lo que dice la Biblia? Sólo hay una manera segura de averiguarlo: siendo un oidor activo. Luego, comienza a leer.  —TG