Muchos incrédulos asumen que el Nuevo Testamento es una colección de mitos y leyendas. ¿Qué evidencia existede su confiabilidad como documento histórico? Tres pruebas sirven como criterios para probar la validez de cualquier documento antiguo. Veamos cómo pasa por ellas el Nuevo Testamento.
• LA PRUEBA BIBLIOGRÁFICA.Ésta se refiere al número de copias antiguas que se han preservado de un documento. También considera cuán pronto se escribieron las copias después de los acon-tecimientos registrados. Existen más de 4.000 manuscritos griegos del Nuevo Testamento que han sobrevivido. Algunos de ellos tienen fecha de entre 120 y 200 años después de que los apóstoles escribieron los originales. Muchos documentos antiguos seculares no son ni remotamente tan confiables. Por ejemplo, hay una brecha de 1.400 años entre el tiempo en que Aristóteles escribió sus obras y las copias existentes que han sobrevivido.
• LA PRUEBA INTERNA. Ésta se refiere a si el documento fue escrito o no por testigos oculares de los acontecimientos registrados. Los autores de los cuatro Evangelios afirmaron haber visto los acontecimientos que escribieron, o haber obtenido la información directamente de observadores de primera mano (Lucas 1:1-3; 1 Juan 1:3). Pablo también dijo que había 500 testigos más, muchos de los cuales estaban vivos en aquel momento y podían corroborar las afirmaciones de los apóstoles (1 Corintios 15:6).
• LA PRUEBA EXTERNA. Ésta tiene que ver con otros registros históricos que apoyan su autenticidad. En su libro Jesus and Christian Origins Outside the New Testament[Jesús y los orígenes cristianos fuera del Nuevo Testamento], F. F. Bruce menciona fuentes extrabíblicas que prestan credibilidad al Nuevo Testamento. Por ejemplo cita a Josefo, un historiador no cristiano, que verifica que Cristo fue condenado a muerte bajo el mandato de Poncio Pilato.
La próxima vez que oigas preguntas sobre la confiabilidad de la Biblia, busca en oración la oportunidad de desafiarlas. Sobre la base de la evidencia podemos descansar en la confiabilidad de los documentos del Nuevo Testamento.—DF