Justo antes del puntapié inicial de la Super Bowl XLIII [final del campeonato de fútbol americano], Kurt Warner, de los Cardinals de Arizona, recibió el premio Walter Payton al hombre del año; homenaje otorgado al jugador con la labor más excelente dentro del campo de juego y el mejor servicio comunitario fuera de él. «Me siento humillado de que el Señor me haya dado una vida tan asombrosa que impacte a otros», dijo Warner, un consagrado creyente en Cristo. «De todos los premios otorgados a los atletas de la NFL [Liga de Fútbol Americano], [esta] se destaca por lo que representa»; un compromiso a la entrega y el sacrificio por los demás.

Rendir homenaje a quienes sirven no es nuevo. Pablo se refirió a esto cuando les recordó a los filipenses que honraran a quienes estaban consagrados al servicio a Dios. Les habló de Epafrodito, un amigo de ellos, que había estado a punto de morir (Filipenses 2:30) debido a sus esfuerzos por servir a otros, incluso a la gente de Filipos, en nombre de Cristo. ¿Qué debían hacer ellos? El apóstol dijo: «Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él» (v. 29). Sin duda, al pensar en quienes se sacrifican para servir al Salvador, estas personas son dignas de nuestro respeto y estima.

¿Por qué no buscar maneras de mostrar gratitud a aquellos que te han servido espiritualmente? Bríndales la honra que merecen.