Si deseas ver en el cielo la próxima convergencia de Venus, Júpiter y la luna, márcalo ahora en el calendario. El 18 de noviembre de 2052 podrás observar, en la oscuridad de la noche, que esos sistemas solares vecinos «se reúnen» en una pequeña zona del firmamento. Esta yuxtaposición notable de las esferas refractarias iluminó el cielo nocturno por última vez el 1 de diciembre de 2008, y recién volverá a hacerlo dentro de cuatro décadas.
Esta previsibilidad, como también los diferentes eclipses y el retorno del cometa Halley (28 de julio de 2061), demuestran el orden que existe en el universo. Si ninguna serie de leyes establecidas gobernara el movimiento de todas las cosas en el cosmos, tales predicciones no podrían hacerse.
¿Estas reglas establecidas están por encima de patrones al azar? ¿Podemos ver la mano de Dios en estas afirmaciones de la astronomía? Observa Jeremías 33:25-26. El Señor tiene en mente la relación entre Él y Su pueblo como resultado del pacto, y emplea como analogía una verdad científica. En efecto, Dios dice que las leyes del universo que Él estableció, «las leyes del cielo y la tierra», son tan seguras como las promesas que pactó con Su pueblo.
Las leyes de Dios han gobernado el universo desde su creación y siguen haciéndolo con una previsibilidad asombrosa. Así que, anota en el calendario y asómbrate ante el control inmutable de Dios.