Hace unos años se puso de moda en las librerías, en la sección de dinero y finanzas, el libro Die Broke [Muere arruinado]. Escrito por Stephen M. Pollan y Mack Levine, este libro dice que una persona debe usar todo su dinero y no dejárselo a nadie. El dinero heredado, dicen ellos, lo único que hace es destruir vidas.
«¡Un momento! —dices—. No vayas tan deprisa aconsejando a mis padres a que usen todos sus bienes. Espero con ansias el día en que reciba mi herencia.»
Sin embargo, el autor insiste en que el mejor regalo que tus padres te pueden dejar no son montones de efectivo, sino «actitudes sanas hacia el dinero». Estas
actitudes te ayudarán en muchas situaciones de la vida.
Pollan dijo a la revista USA Today que no quería estar enviando «mensajes desde la tumba» a través de lo que herede su familia. Su hija Tracy lo expresó mejor: «No quiero oír lo mucho que me amas cuando lean tu
testamento.»
El Señor Jesús tenía mucho que decir acerca de las actitudes hacia el dinero. En nuestro texto para hoy aconsejó a sus seguidores que no se hicieran «tesoros en la tierra» (Mateo 6:19). Prosiguió diciendo que una persona no puede servir a Dios y al dinero (v.24). En la parábola del rico insensato enseñó: «… la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15).
Tal vez estés pensando en una carrera lucrativa porque estás decidido a acumular tanto dinero y posesiones como sea posible. Quizás sueñes con el día en que tengas un ingreso personal ilimitado.
Piénsalo dos veces. En cierta forma, todos «morimos arruinados». No podemos
llevar nada con nosotros. Por tanto, desarrollemos actitudes que nos ayuden a
mantener perspectivas piadosas sobre el dinero. El Espíritu Santo nos capacitará para que mantengamos la mirada en Cristo, no en el estado de cuenta bancario. —DE
R E F L E X I Ó N
■ ¿Quiero ser rico? ¿Por qué?
■ ¿Cuál es mi actitud primaria hacia el dinero? ¿Cómo se demuestra en mi vida?
■ ¿De qué manera me ayudan las parábolas de Jesús a cambiar la actitud de mi
corazón hacia el dinero?