Si en mi vida hubiera un botón para rebobinar lo hubiera gastado hace mucho tiempo por exceso de uso. Tal vez sepas a lo que me refiero. Muchas veces, después de terminar una conversación, he sentido que dije palabras erradas. He deseado poder haber tenido otra oportunidad para decir lo correcto.
Eso ha sucedido en clases, en una cita, en la iglesia, en la casa y en situaciones en las que testificamos de nuestra fe.
El preguntarnos si debimos haber hecho las cosas de otra manera no es del todo malo. Puede impedir que vayamos por la vida imprudentemente dejando un rastro de dolor o sin aprender nunca de nuestros errores. Pero el exceso de autocuestionamiento nos puede paralizar con temor e inseguridad y hacernos sentir que somos un fracaso, un perfecto idiota que nunca tiene las palabras
adecuadas. Tal preocupación con el pasado, que se centra en los errores, puede impedir que avancemos con gozo, esperanza y confianza.
Por tanto, si descubrimos que con demasiada frecuencia deseamos tener un botón para rebobinar que podamos apretar, ¿qué podemos hacer para cambiar
nuestro enfoque del pasado al futuro?
Mientras hablaba a la nación de Israel sobre su angustioso pasado, el Señor le ofreció unas alentadoras palabras a través del profeta Isaías. Dios no quería que
pensaran que los había ayudado una vez y que ahora los abandonaba. El Señor dijo: «No os acordéis de las cosas pasadas» (Isaías 43:18). Él quería que miraran al futuro. Ofreció borrar sus pecados y no recordar sus errores nunca más (v.25). Podían empezar de nuevo con Él.
Entonces, en lugar de vivir en nuestro pasado, vamos a dárselo a Dios. Tenemos
que confesar lo que haya que confesar y hablar con Él de nuestras frustraciones y dudas. Luego, con su ayuda, podemos avanzar hacia el futuro aprendiendo y
creciendo en el camino. Podemos tener la confianza de que Él nos ayudará. Así no sentiremos tan a menudo la necesidad de apretar el botón de rebobinar. —KD
R E F L E X I Ó N
■ ¿Cuándo fue la última vez que me sentí como un perfecto idiota?
■ ¿He dicho algo recientemente que sé debo confesar?
■ ¿Cómo debo terminar esta oración?: Puesto que sé que Jesús está de mi parte y quiere que avance confiadamente por la vida, cuando quiera apretar el botón
de rebobinar voy, en vez de eso, a lidiar con ello de la siguiente manera: