En los Estados Unidos, la mayor cantidad de llamadas de larga distancia se hacen en el día de la madre. Sin embargo, en el día del padre, la mayoría son de cobro revertido. Parece ser que los hijos siguen dependiendo de la provisión de sus padres, aun cuando estén lejos de casa.

A los padres se los necesita y se los quiere por muchas otras cosas, aparte de la ayuda financiera. Aunque 1 Tesalonicenses 2:10-12 está dirigido principalmente a los líderes de las iglesias, Pablo menciona que su rol es similar al de un padre. Dice: «… sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros».

Exhortar significa «llamar a acercarse». Es fácil que los padres piensen que lo único que se les exige es que lleven el sueldo a la casa. Sin embargo, los hijos necesitan que el padre los aliente estando cerca de ellos.

La palabra consolar quiere decir «reconfortar». Lo que más valora un hijo es el tiempo que un padre dedica a escucharlo y a hablar con él. Sin una comunicación constante, las relaciones se enfrían.

Encargar es «afirmar». Los padres desafían a sus hijos al confirmar la Palabra de Dios poniendo en práctica sus verdades delante de ellos. Incluso cuando fallan, confirman lo correcto al pedir perdón.

Qué agradecidos podemos estar por los padres que ayudan a sus hijos a andar «como es digno de Dios» (v. 12).