Cinco días corridos. Cuatro horas por día. Una pregunta por día. Ensayo con libros cerrados que había que entregar después de 4 horas de escribir frenéticamente.
¿Suena divertido? Así fueron mis exámenes comprensivos para obtener mi doctorado. Cada uno de los miembros del comité de estudios de postgrado sometió una pregunta, y durante 5 días corridos yo escogía una pregunta, me encerraba en mi recinto de estudio de la biblioteca, y no salía hasta que la había contestado. Para fines de archivo, escribí un total de 57 páginas de ensayo.
Pero valió la pena (creo yo). Fue un paso más en el proceso de obtener mi doctorado, el cual empecé hace más de 3 años. Mientras escribía y tomaba un refresco, me recordaba a mí mismo que pronto acabaría y que me sentiría muy bien por haber terminado.
Todos los estudiantes necesitan perseverancia académica: para terminar un examen, un trabajo de investigación, o un libro de 600 páginas sobre un obscuro poeta del siglo XIII. En lo único que piensas es en lo bien que te vas a sentir cuando termines.
La iglesia primitiva pasó por pruebas mucho más difíciles, pruebas que hacían que los exámenes finales parecieran fáciles en comparación con ellas. Para ellos, las recompensas eran espirituales. Pero eran tan reales como un título universitario y más eternas.
En aquel entonces había dos clases de cristianos: los que evitaban los problemas y los que creían y eran salvos de la tentación. Una especie como de los que no pasaban la prueba y los que pasaban, respectivamente.
No tenemos que tenerle miedo a las pruebas espirituales que nos llegan. Pueden
parecer insuperables, pero Dios nos puede salvar, no de las pruebas sino en nuestras pruebas. No puedes pasar un examen dejando de tomarlo; tienes que tomarlo.
A propósito, ¿cuál es el próximo paso en mis estudios de doctorado? Mi
disertación: al menos 200 páginas mecanografiadas, una encuesta entre unos 600 estudiantes… hmmm. Más vale que deje de pensar en ello antes de que me sienta tentado a salir corriendo. —JC
R E F L E X I Ó N
■ ¿Cuál es el tipo de examen que menos me gusta: selección múltiple o ensayo?
¿Por qué?
■ ¿Cómo puedo prepararme mejor para mi próximo examen espiritual?
■ Señor, yo quiero pasar las pruebas que Tú me pones. Pero sé que sólo lo
puedo hacer en tu poder. Mantenme fuerte en tu Santo Espíritu.