Nota: En su libro Pollution and the Death of Man (Tyndale, 1970), Francis Schaeffer señaló que los cristianos deben ser quienes más ardientemente se preocupen por el estado de la creación de Dios. Puesto que Dios ha dado al hombre la responsabilidad de cuidar Su tierra, los cristianos deben tomarse
en serio su trabajo. —DO

De la misma manera en que la muerte de Cristo redime a los hombres, incluyendo sus cuerpos, de las consecuencias de la caída, así redimirá su muerte a toda la naturaleza de sus malas consecuencias en el momento en
que seamos levantados de entre los muertos.… Deberíamos estar buscando ahora, en base de la obra de Cristo, una sanidad substancial en todos los lugares
afectados por la caída.…
Puesto que habrá una redención total en el futuro, no sólo del hombre sino de toda la creación, el cristiano que cree la Biblia debe ser quien, con la ayuda de Dios y en el poder del Espíritu Santo, trate a la naturaleza ahora con la mirada puesta en lo que será entonces. No va a ser perfecta ahora, pero debe ser substancial. Si no lo es, no hemos respondido al llamamiento.
El llamamiento de Dios al cristiano ahora, y a la comunidad cristiana, en el área de la naturaleza —al igual que en el área de la vida cristiana personal en la verdadera espiritualidad— es que exhibamos una sanidad substancial aquí y ahora entre el hombre y la naturaleza y en la naturaleza misma, en tanto
dependa del cristiano.… Aquí en esta vida presente es posible que el cristiano
participe, mediante las ciencias y las artes, en regresar a la naturaleza a su debido lugar.…
El hombre tiene dominio sobre la naturaleza, pero lo usa mal. Al cristiano se le
llama a exhibir ese dominio, pero a que lo exhiba correctamente: tratando a las cosas por el valor que tienen en sí mismas, ejerciendo dominio sin ser destructivo. La Iglesia siempre debió haber enseñado eso, pero en general no lo ha hecho, y necesitamos confesar ese fallo. —Francis Schaeffer
R E F L E X I Ó N
■ ¿Tengo la responsabilidad de cuidar la tierra como mayordomo de Dios? ¿Por
qué?
■ ¿Qué puedo hacer hoy para cuidar el mundo de Dios? ¿Cuáles prácticas deben
convertirse en hábitos en mi preocupación por la tierra?