En la mitad de sus estudios secundarios, Patrick Ireland sintió por primera vez que Dios lo había escogido para algo. ¿Pero para qué? Luego de sobrevivir a la horrorosa masacre en la escuela secundaria Columbine (Colorado, E.E. U.U.), donde 13 estudiantes fueron asesinados y 24 quedaron heridos —él, entre ellos—, comenzó a descubrir la respuesta.
Durante su larga recuperación, Patrick aprendió que guardar rencor lastima aún más. Dios le mostró que la clave para el perdón es dejar de centrarse en lo que otros nos hicieron a nosotros y enfocarse en lo que Jesús hizo por nosotros. El ejemplo de las palabras de Jesús en la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34), le reveló a Patrick un propósito, y 20 años después de la tragedia, él dijo: «Quizá fui escogido para perdonar».
Si bien la mayoría de nosotros no atravesará una calamidad inimaginable como aquella masacre, todos hemos sido lastimados de alguna manera. La traición de un cónyuge, la rebeldía de un hijo, los abusos de un jefe. ¿Cómo seguir adelante? Mirando el ejemplo de nuestro Salvador, quien perdonó ante el rechazo y la crueldad. Es por el perdón de nuestros pecados por la obra de Jesús que somos salvos, lo cual incluye la capacidad de perdonar a los demás y dejar atrás la amargura.