Durante la Gran Depresión en Estados Unidos, la afamada fotógrafa Dorothea Lange tomó una foto de Florence O. Thompson y sus hijos, Madre migrante. Esta fotografía es la imagen de la desesperación de una madre después de una fallida cosecha. Lange la tomó mientras trabajaba para el gobierno, esperando que los funcionarios tomaran conciencia de las necesidades de los desesperados agricultores estacionales.
El libro de Lamentaciones presenta otra imagen de la desesperación: Judá al comienzo de la destrucción de Jerusalén. Antes de que el ejército de Nabucodonosor tomara la ciudad y la destruyera, la gente había padecido hambre por un asedio (2 Reyes 24:10-11). Aunque la agitación era resultado de años de desobediencia a Dios, el escritor clamó a Dios a favor de su pueblo (Lamentaciones 2:11-12).
El autor del Salmo 107 también describe una época desesperante en la historia de Israel (vv. 4-5), pero el foco se centra en un paso que debían dar en tiempos difíciles: «Entonces clamaron al Señor en su angustia», el cual tuvo un resultado maravilloso: «los libró de sus aflicciones» (v. 6).
¿Estás desesperado? No te quedes callado. Clama a Dios. Él escucha y te devolverá la esperanza. Aunque no siempre nos saca de dificultades, promete estar siempre con nosotros.