Ali era una joven hermosa, inteligente y talentosa, con padres amorosos. Pero cuando terminó la escuela secundaria, algo la impulsó a probar heroína. Sus padres notaron cambios en ella y la enviaron a un centro de rehabilitación, tras lo cual ella admitió cómo la había afectado. Después del tratamiento, le preguntaron qué diría a sus amigos sobre probar drogas. Su consejo fue: «Da la vuelta y huye». Instaba a que «solo decir que no» no era suficiente.
Trágicamente, Ali reincidió y murió a los 22 años por una sobredosis. En un intento de proteger a otros, sus desgarrados padres fueron a un programa de noticias para alentar a los oyentes a «huir por Ali», manteniéndose lejos de la exposición a las drogas y otros peligros.
El apóstol Pablo insta a su hijo espiritual Timoteo (y a nosotros) a huir del mal (2 Timoteo 2:22). Y Pedro aconseja de manera similar: «vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe» (1 Pedro 5:8-9).
Nadie es inmune a la tentación. Y a menudo, lo mejor es alejarse de situaciones donde seamos tentados… aunque no siempre es posible evitarlas. La mejor preparación es tener una fe sólida en Dios, basada en la Biblia y fortalecida en oración.