La gerente de una empresa en Brasil pidió un informe escrito sobre los conserjes de su edificio. Diariamente, quería saber quién limpiaba cada cuarto, cuáles quedaban sin tocar y cuánto tiempo pasaba cada empleado en ellos. El primer informe «diario» llegó una semana más tarde… y completo solo en parte.
Cuando la gerente se ocupó del tema, descubrió que la mayoría de esos empleados no sabían leer. Podría haberlos despedido, pero en cambio, organizó para que tuvieran clases de alfabetización. A los cinco meses, todos tenían un nivel de lectura básico y pudieron seguir en sus trabajos.
Dios suele convertir las luchas en oportunidades para equiparnos a fin de seguir trabajando para Él. La vida de Pedro se caracterizó por los errores y la inexperiencia: le faltó fe para caminar sobre el agua; dudó de que Jesús pudiera pagar el impuesto del templo (Mateo 17:24-27); rechazó su profecía sobre su crucifixión y resurrección (16:21-23). Pero en cada situación, Jesús le enseñaba a Pedro más sobre quién era Él: el Mesías prometido (v. 16). Y todo equipó a Pedro para que ayudara a fundar la iglesia primitiva (v. 18).
Si hoy te desanima algún fracaso personal, recuerda que Jesús puede usarlo para enseñarte y guiarte a un futuro servicio para Él.