Jeralean Talley murió en junio de 2015; era la persona más vieja del mundo: 116 años. En 1995, la ciudad de Jerusalén celebró su cumpleaños número 3.000. Para una persona, 116 años es ser viejo; y para una ciudad, 3.000 lo es; pero hay árboles que viven más. Se ha determinado que un pino de las Montañas Blancas de California tiene más de 4.800 años. ¡Esto lo ubica 800 años antes del patriarca Abraham!
Cuando los líderes religiosos judíos cuestionaron la identidad de Jesús, Él también declaró ser anterior a Abraham: «Antes que Abraham fuese, yo soy» (Juan 8:58). Esta valiente afirmación consternó a sus adversarios; entonces, procuraron apedrearlo. Sabían que no se refería a su edad cronológica, sino que proclamaba ser eterno, ya que utilizaba el antiguo nombre de Dios: «Yo soy» (ver Éxodo 3:14). Como miembro de la Trinidad, su declaración era legítima.
En Juan 17:3, Jesús oró: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado». Jesús, el Eterno, entró en el tiempo para que nosotros pudiéramos vivir para siempre. Y concretó esta misión al morir en nuestro lugar y resucitar. Al recibirlo como Salvador, pasaremos la eternidad con Él.