Antes del siglo XX, la principal fuente de información acerca de los escritos gnósticos eran los padres de la Iglesia (Ireneo, Tertuliano y otros), quienes se refirieron a las creencias gnósticas en el proceso de refutarlas. Sin embargo, en 1945, un campesino descubrió en Nag Hammadi, Egipto, una gran jarra de barro que contenía una gran cantidad de documentos antiguos en el idioma copto. Entre ellos había documentos gnósticos cristianos que pueden haber estado entre los mencionados por los padres de la Iglesia.

A algunos de estos documentos se les llama «evangelios» porque contienen unas cuantas historias acerca de Jesús y algunos de sus dichos (alegaciones). Sin embargo, les falta la cronología detallada y la descripción de los acontecimientos de los evangelios canónicos, y aunque toman prestado mucho de los evangelios canónicos, no hay evidencia que corrobore y muestre que datan de una fecha anterior al siglo II.

Escrito por: Dan Vander Lugt