Aunque no estamos de acuerdo con la enseñanza y práctica de estos grupos, sería un error asumir que sus seguidores son peores que las demás personas modernas. Muchas que se proclaman brujas a sí mismas son personas amables y bien intencionadas. Aunque los cristianos consideran que sus puntos de vista religiosos son defectuosos, merecen tanta protección bajo la Constitución como cualquier otro grupo religioso legítimo.

Escrito por: Dan Vander Lugt