El reloj de la torre de Westminster, que contiene la famosa campana conocida como Big Ben, es un ícono de Londres, en Inglaterra. La tradición dice que la melodía se tomó de la sección «Yo sé que mi Redentor vive», del Mesías de Handel. Con el tiempo, se le agregaron palabras y las colocaron junto al reloj:
Señor, en esta hora, sé tú nuestro guía; / para que, por tu poder, ningún pie resbale.
Estas palabras aluden al Salmo 37: «Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano (vv. 23-24). Observa la íntima participación de Dios en la vida de sus hijos: «el Señor se deleita en su camino» (v. 23 lbla). Y agrega: «La ley de su Dios está en su corazón; no vacilan sus pasos» (v. 31).
¡Qué maravilloso! El Creador del universo no solo nos sostiene y nos ayuda, sino que también se interesa profundamente por cada instante de nuestra vida. Con razón el apóstol Pedro podía invitarnos con confianza a «[echar] toda [nuestra] ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de [nosotros]» (1 Pedro 5:7). Cuando la certeza de su cuidado resuena en nuestro corazón, cobramos ánimo para enfrentar todo lo que se presenta en nuestro camino.