Muchos defensores del estilo de vida homosexual han sugerido que el intenso amor entre David y Jonatán indicaba una relación homosexual. Citan el siguiente pasaje como prueba de su afirmación:

«Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce, más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres» (2 Samuel 1:26).

No hay duda de que el amor y la lealtad de Jonatán y David llegaron a ser muy profundos (1 Samuel 18:1-3; 20:17), aun cuando la amistad entre estos dos hombres era algo insólito. Dios rechazó a Saúl (el padre de Jonatán) como rey y le prometió el trono a David y a sus descendientes (1 Samuel 13:14; 15:23, 16:1-13). A pesar de todo esto, Jonatán le mostró a David su apoyo desinteresado a un nivel que rara vez vemos. Aun cuando estaba en la posición de ser el próximo rey de Israel, gentilmente dejó de lado sus aspiraciones personales y ni siquiera una vez cuestionó que Dios hubiera elegido a David para suceder a su padre como rey.

David pagó tributo a esta cualidad generosa y bondadosa cuando dijo que el amor de Jonatán por él fue «más maravilloso que el amor de las mujeres». David no estaba implicando relación sexual alguna. No dijo que el amor de Jonatán era más grande que su amor por las mujeres. Dijo que era más grande que el amor de las mujeres. Simplemente estaba declarando que el amor de Jonatán era tan extraordinario, que excedía el tipo de amor sacrificatorio que se sabe que las mujeres manifiestan hacia sus familias.

No existe narración bíblica alguna que muestre ni siquiera un indicio de que David y Jonatán compartieran una relación homosexual. Ambos hombres estaban casados y tenían hijos. De hecho, David estaba casado con la hermana de Jonatán, Mical (1 Samuel 18:20-27). Algunos simplemente han insertado una relación homosexual en 2 Samuel 1:26 que no existía. También han hecho la falsa presunción de que amor es igual a relaciones sexuales.

La relación entre David y Jonatán demuestra que dos hombres pueden formar profundos lazos de amor sin siquiera pensar en el erotismo.

Escrito por: Jeff Olson