La mayoría de los muchachos samoanos reciben un tatuaje que señala su responsabilidad para con su pueblo y su jefe. Al viajar a Japón, donde los tatuajes pueden tener connotaciones negativas, los miembros del equipo de rugby masculino de Samoa usaron mangas color piel para cubrir los diseños, en un acto de generosidad y respeto.
En una época en la que se enfatiza la expresión individual, es extraordinario encontrar autolimitación. En el libro de Romanos, Pablo escribió que, a veces, el amor requiere que dejemos de lado nuestros derechos por el bien de otros. En ocasiones, el amor nos frena. El apóstol explicó cómo algunos en la iglesia creían que eran libres para «comer de todo», pero otros solo comían «legumbres» (Romanos 14:2). En el primer siglo, la observancia a las leyes alimentarias del Antiguo Testamento era controversial. Pablo instruyó a todos a no juzgarse «más los unos a los otros» (v. 13), y finalizó dirigiéndose a los que comían con libertad: «Lo mejor es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada que haga que tu hermano tropiece» (v. 21 rvc).
A veces, amar implica limitar nuestras propias libertades. No siempre hay que hacer todo lo que tenemos la libertad para hacer. A veces, el amor nos frena.