¡Si quieres vivir más tiempo, toma vacaciones! Cuarenta años después de un estudio realizado con ejecutivos de edad mediana con riesgo de afecciones cardíacas, investigadores finlandeses hicieron un seguimiento a los participantes. Descubrieron algo que originalmente no buscaban: el promedio de muertes fue menor en aquellos que habían tomado vacaciones.
El trabajo es una parte necesaria de la vida; asignado por Dios antes de que nuestra relación con Él se rompiera en Génesis 3. Salomón escribió sobre la aparente insatisfacción de los que no trabajaban para honrar a Dios, reconociendo que producía «fatiga […], dolores [y] molestia» (Eclesiastés 2:22-23). Aun cuando no están trabajando, «su corazón no reposa» porque están pensando en lo que aún falta hacer (v. 23).
A veces, nosotros también podemos sentir que estamos «[corriendo] tras el viento» (v. 17 NVI) y nos frustramos por no poder terminar nuestro trabajo. Pero cuando recordamos que Dios es parte de nuestra labor —nuestro propósito— podemos trabajar y tomar tiempo para descansar. Confiemos en que Él es nuestro proveedor y el dador de todas las cosas: «¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios?» (v. 25 NVI). Entonces, trabajemos diligentemente para Dios (Colosenses 3:23) y también descansemos.