Lucha en oración
La vida de Daniel cambió después de que alguien le regalara un Nuevo Testamento. Su lectura lo cautivó, y lo llevaba siempre consigo. A los dos meses, le ocurrieron dos sucesos transformadores: puso su fe en Jesús como Salvador y le diagnosticaron un tumor cerebral. El dolor insoportable por ese tumor lo confinó a una cama, lo que le impidió trabajar. Una noche, dolorido y desvelado, clamó a Dios, hasta que finalmente se durmió cerca del amanecer.
Niebla matinal
Una mañana, fui a una laguna cerca de mi casa. Me senté sobre un bote volcado, pensando y observando cómo un suave viento perseguía una capa de neblina en la superficie del agua. Espirales de niebla giraban y se desplazaban, y mini «tornados» subían y luego se disipaban. Poco después, los rayos del sol atravesaron las nubes y la niebla desapareció.
El siervo verdadero
En 27 a.C., el gobernante romano Octavio se presentó ante el Senado para dimitir de su cargo. Había ganado una guerra civil, era la única autoridad de esa región del mundo y estaba oficiando de emperador. Sin embargo, sabía que su poder se consideraba sospechoso, así que renunció y juró ser simplemente un oficial público. ¿La respuesta del Senado? Lo honraron otorgándole una corona civil y nombrándolo siervo del pueblo romano. Y también lo llamaron Augusto: el «grande».
La guía de Dios
Cuando el banco accidentalmente depositó 120.000 dólares en su cuenta, una pareja salió a comprar de todo: una SUV, una casa rodante y dos camionetas 4x4, además de pagar todas las deudas. Al descubrir el error, el banco les dijo que devolvieran el dinero, pero ya lo habían gastado, y fueron acusados de hurto intencional. Cuando llegaron a la corte local, el esposo le dijo a un reportero: «Seguimos un mal consejo legal». Así aprendieron que seguir un mal consejo (y gastar lo que no era de ellos) podía llevarlos a un caos en sus vidas.
En el mismo equipo
Cuando Carson Wentz, un famoso mariscal de campo, volvió después de una grave lesión, Nick Foles, quien lo suplantaba, regresó sin quejarse al banco. Aunque competían por el mismo puesto, decidieron respaldarse y cumplir sus funciones. Un reportero señaló que ambos tienen «una relación única arraigada en su fe en Cristo», demostrada en sus constantes oraciones el uno por el otro. Mientras los demás observaban, ellos honraban a Dios, recordando que estaban en el mismo equipo; no en el deporte, sino como creyentes en Cristo y representantes de Él.
Oración del abatido
Querido Padre celestial, no soy un hombre de oración, pero si estás allí arriba y puedes oírme, muéstrame el camino. No puedo más». Esta es la oración que susurra el quebrantado George Bailey, el personaje representado por Jimmy Stewart en el clásico filme Qué bello es vivir. En la ahora icónica escena, los ojos de Bailey se llenan de lágrimas, aunque estas no eran parte del guion. Más tarde, dijo que al expresar esa oración, «sintió la soledad y la desesperanza de aquellos que no tienen dónde recurrir». Eso lo conmovió.
El método de la tía Betty
Cuando yo era joven, cada vez que mi bonachona tía Betty nos visitaba, parecía Navidad. Nos traía juguetes y me daba dinero cuando se iba. Si me quedaba en su casa, llenaba el frízer de helado y nunca cocinaba verduras. Tenía pocas reglas y me dejaba acostarme tarde. Mi tía era maravillosa; reflejaba la generosidad de Dios. Sin embargo, para crecer saludable, yo necesitaba más que solo sus métodos. Precisaba que mis padres establecieran expectativas respecto a mí y mi comportamiento… y me hicieran cumplirlas.
Venta de Navidad
Una madre sentía que había gastado demasiado dinero en regalos de Navidad para la familia, así que un año, decidió probar algo distinto. Durante unos meses, antes de la fiesta, recorrió ventas caseras en busca de artículos usados y baratos. Compró más de lo habitual, pero por mucho menos dinero. Esa Noche Buena, sus hijos abrieron entusiasmados un regalo tras otro. ¡Y al día siguiente hubo más! Con culpa por no haber comprado regalos nuevos, hubo más a la mañana. Los niños empezaron a abrirlos, pero enseguida se quejaron: «¡Estamos demasiado cansados para abrir más! ¡Nos has regalado demasiado!». ¡Una respuesta atípica de niños en Navidad!
Amor incesante
Julia y Jorge volvieron a casa después de servir en otro país de clima muy cálido, y se instalaron durante varios meses cerca de su familia en Michigan; justo en época de invierno. Sería la primera vez que varios de sus diez hijos verían la belleza natural de la nieve.
El privilegio de orar
La canción profundamente personal del cantante Cris Stapleton, Papá no ora más por mí, está inspirada en las oraciones de su padre por él. La conmovedora letra revela que la razón no fue ni desilusión ni cansancio, sino su muerte. Stapleton imagina que ahora, en lugar de hablar con Jesús en oración, su padre camina y habla con Él cara a cara.