El sol acababa de ponerse cuando, de repente, se cortó la luz. Estaba en casa con nuestros dos hijos menores, y era la primera vez que ellos experimentaban la falta de electricidad. Después de averiguar en la compañía eléctrica qué pasaba, busqué algunas velas, y los niños y yo nos amontonamos alrededor de las llamas parpadeantes. Ellos parecían nerviosos e inquietos, así que empezamos a cantar. Al momento, las miradas de preocupación en sus rostros fueron reemplazadas por sonrisas. A veces, en nuestros momentos más oscuros, necesitamos una canción.
Algunos sostienen que el Salmo 103 se cantó después de que el pueblo de Dios regresó del exilio a su tierra devastada; y que en ese momento de crisis, necesitaron cantar sobre quién es Dios y lo que hace. Este salmo de David nos ayuda a recordar que el Señor es compasivo, misericordioso, paciente y lleno de amor (v. 8); que si hemos pecado, nos perdona y no sigue enojado. Estas son cosas buenas de las cuales cantar en las noches oscuras de nuestras vidas.
Tal vez estés en una situación sombría y difícil, preguntándote si Dios es bueno, cuestionando su amor por ti. Si es así, ¡ora y canta a Aquel cuyo amor sobreabunda!