Según una leyenda familiar, dos hermanos, Billy y Melvin, estaban un día parados en la granja de productos lácteos de la familia, cuando vieron un avión que escribía en el aire. Los muchachos observaron que las letras «VP» quedaron marcadas.
Ambos decidieron que lo que vieron tenía significado para ellos. Uno pensó que era: «Ve a predicar», y el otro: «Ve a plantar». Tiempo después, uno de ellos, Billy Graham, se dedicó a predicar el evangelio, y se convirtió en un ícono del evangelismo. Su hermano Melvin continuó administrando fielmente la granja de la familia durante años.
Al margen de los aviones que escriben, si Dios llamó a Billy a predicar y a Melvin a plantar, como parece ser el caso, ambos honraron al Señor con sus vocaciones. El éxito de Billy como predicador no minimiza la obediencia de su hermano al llamado a plantar.
Que Dios asigne a algunos al ministerio a tiempo completo (Efesios 4:11-12) no significa que los que tienen otros trabajos o roles estén haciendo algo menos importante. Pablo dijo: «según la actividad propia de cada miembro» (v. 16), lo que significa que honramos al Señor usando fielmente los dones que nos ha dado. Cuando lo hagamos, ya sea que prediquemos o plantemos, marcaremos una diferencia dondequiera que sirvamos o trabajemos.