Month: septiembre 2020

Hacer su música

La directora de coro Arianne Abela pasó su niñez sentada sobre sus manos… para esconderlas. Nació sin algunos dedos en ambas manos y con otros pegados, y también le faltaba la pierna izquierda y algunos dedos en el pie derecho. Amante de la música y soprano lírica, había planeado especializarse en administración, pero un día, su profesor de coro le pidió que dirigiera al grupo, con lo que sus manos quedaron visiblemente expuestas. En ese momento, descubrió su vocación, y siguió dirigiendo coros en iglesias y en una universidad. «Mis profesores vieron algo en mí», explica Abela.

Impreso en nuestro corazón

Cuando Johannes Gutenberg combinó la prensa de imprenta con los tipos móviles, en 1450, dio inicio a la era de las comunicaciones masivas en Occidente. La alfabetización aumentó en todo el mundo, y nuevas ideas transformaron rápidamente los contextos sociales y religiosos. Gutenberg produjo la primera versión impresa de la Biblia. Antes de esto, a los escribas que trabajosamente hacían copias manuscritas les llevaba un año completarlas.

Amar orando

«¿La gente sigue orando por mí?».

Ahora, ¿y luego qué?

Hace poco, asistí a una graduación de escuela secundaria, en la que el orador presentó un desafío imprescindible para los jóvenes que esperaban recibir sus diplomas. Dijo que era un momento en que todos les preguntaban: «¿Qué vas a hacer ahora?». Qué carrera les gustaría seguir, y a qué universidad iban a ir o dónde trabajarían. Pero luego, dijo que la pregunta más importante era qué estaban haciendo ahora.

Fracasar de nuevo

En la época en que preparaba sermones, algunos domingos por la mañana me sentía como un pobre gusano. No había sido el mejor esposo, padre ni amigo. Creía que antes de que Dios pudiera utilizarme otra vez, tenía que cumplir con una serie de requisitos de rectitud. Entonces, prometía dar el mensaje lo mejor posible y tratar de vivir mejor la semana siguiente.

Dios entiende

Después de mudarse, Diego, de siete años, se quejaba mientras se preparaba para un campamento de verano en su nueva escuela. La madre lo alentaba asegurándole que entendía que el cambio era duro. Una mañana, el enojo del niño parecía exagerado. Compasivamente, ella le preguntó: «Hijo, ¿qué es lo que más te molesta?». Mirando por la ventana, él se encogió de hombres y dijo: «No lo sé, mamá. Siento muchas cosas».

¡Habla!

Brenda exclamó a su compañera de trabajo en el restaurante: «¡Ese es el hombre! ¡Ese es el hombre!». Se refería a Melvin, a quien había conocido antes bajo circunstancias diferentes. Mientras cortaba el césped de la iglesia, el Espíritu lo impulsó a hablar con una mujer que parecía ser prostituta. Cuando la invitó a la iglesia, ella respondió: «¿Usted sabe lo que hago? No querrían que entrara». Cuando Melvin le habló del amor de Jesús y de su poder para cambiar su vida, ella comenzó a llorar. Unas semanas después, Brenda estaba trabajando en un entorno distinto… una prueba viviente del poder de Cristo para cambiar vidas.

Temores irracionales

Carece de toda lógica, pero cuando mis padres murieron en un lapso de tres meses, temía que se olvidaran de mí. Por supuesto que ya no estaban más en la tierra, pero eso me dejó una enorme incertidumbre. Era una adulta joven soltera, y me preguntaba cómo seguir la vida sin ellos. Sintiéndome realmente sola y solitaria, busqué a Dios.

La galería de los susurros

En la cúpula de la Catedral de San Pablo, en Londres, los visitantes pueden subir 259 escalones hasta la Galería de los Susurros, donde uno puede susurrar palabras que otros podrán oír en toda la circunferencia de la pasarela y hasta unos 30 metros de distancia. Los ingenieros explican que esto se debe a la forma esférica de la cúpula y las ondas de baja intensidad de los susurros.

Sufrir juntos

En 2013, James McConnell, un veterano de guerra de la Marina Real Británica, murió a los 70 años de edad. Como no tenía familia, el personal del hogar de ancianos donde vivía temía que nadie asistiera a su funeral. El hombre designado para oficiar su servicio de recordación publicó en Facebook: «En esta época, es trágico que alguien tenga que dejar este mundo sin que nadie lamente su partida, pero este hombre era familia […]. Si puedes, trata de acercarte a su tumba […] para honrar a este hermano de armas». ¡Doscientos marinos colmaron los asientos!