Texarkana está en la frontera entre Texas y Arkansas. Tiene dos alcaldes, dos consejos, y dos departamentos de policía y de bomberos. La rivalidad deportiva entre las escuelas de ambas secciones de la ciudad atrae a una enorme asistencia, lo que refleja la profunda lealtad de los residentes a su estado. Pero también surgen disputas sobre temas como el sistema de agua compartido, regido por leyes estatales diferentes. Aun así, la ciudad es conocida por su unidad. Todos los años, los residentes se reúnen en la Avenida State Line para comer juntos y celebrar su unidad como comunidad.
Los creyentes corintios tal vez no habían trazado una línea en su calle principal, pero estaban divididos. Peleaban por su lealtad a quienes les habían enseñado de Jesús: Pablo, Apolos o Cefas (Pedro). Pablo los llamó a tener «una misma mente y […] parecer» (1 Corintios 1:10), recordándoles que Cristo había sido crucificado por ellos y no sus líderes espirituales.
Hoy actuamos parecido, ¿no? A veces, convertimos en rivales en lugar de aliados a los que comparten nuestra particularmente importante creencia en el sacrificio de Jesús por nuestros pecados. Como representantes terrenales del Cristo indiviso, no permitamos que temas triviales nos dividan, sino celebremos nuestra unidad en Él.