Los presentes en la ceremonia de graduación en 2019 de Morehouse College, en Atlanta, Georgia quedaron pasmados cuando el orador anunció que él y su familia donarían millones de dólares para cancelar la deuda estudiantil de todos los graduados. Un alumno —con 100.000 dólares en préstamos— estaba entre aquellos que expresaban su alegría con lágrimas y exclamaciones.
La mayoría hemos tenido deudas de alguna clase: pagar la casa, los autos, los estudios, los servicios médicos u otras cosas. Pero también hemos experimentado el asombroso alivio de ver que en una factura se estampaba: ¡«PAGADO»!
Después de declarar a Jesucristo «el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra», Juan reconoció con adoración su obra que cancelaba la deuda: «Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre» (Apocalipsis 1:5). Esta declaración es simple pero con un profundo significado. Mejor que el sorprendente anuncio que escucharon aquellos graduados es la buena noticia de que la muerte de Jesús (el derramamiento de su sangre en la cruz) nos libra del castigo que merecen nuestras actitudes, deseos y obras pecaminosas. A los que creen en Cristo se les cancela la deuda y tendrán una parte en el reino de Dios (v. 6). ¡Esta es la mejor noticia de todas!