En el tiempo de Dios, nuestro hijo Kofi nació un viernes, que es exactamente lo que significa su nombre: niño nacido un viernes. Lo llamamos así por un pastor amigo en Ghana, cuyo hijo había muerto. Él ora constantemente por nuestro Kofi, lo cual nos honra enormemente.
Es fácil pasar por alto el significado de un nombre si no conocemos la historia que hay detrás. En Lucas 3, encontramos un detalle fascinante sobre un nombre en la genealogía de José. En los versículos 31-32, leemos: «hijo de Natán, hijo de David». ¿Natán? Interesante. En 1 Crónicas, descubrimos que Natán fue hijo de Betsabé.
¿Es casualidad que David llamara Natán al hijo de Betsabé? Recuerda el trasfondo: Betsabé no tendría que haber sido esposa de David. Otro Natán —el profeta— confrontó valientemente al rey por abuso de autoridad al aprovecharse de Betsabé y asesinar a su esposo (ver 2 Samuel 2).
David aceptó la reprimenda del profeta y se arrepintió de sus horrorosos delitos. Y con el paso del tiempo, Natán fue el nombre que le puso a su hijo. Qué nombre apropiado para el hijo de Betsabé; y que fuera uno de los antepasados de José, el padre terrenal de Jesús (Lucas 3:23).
La Biblia revela constantemente la gracia de Dios entretejida en todo; incluso en un nombre extraño en una genealogía rara vez leída.