En 2018, un corresponsal de un periódico describió la exposición de la escultora Liz Shepherd The Wait [La espera] como «una evocación de lo precioso, vulnerable y trascendente en la vida». Inspiradas en el tiempo que Liz pasó junto a la cama de su padre moribundo, las esculturas intentan transmitir la melancolía, la sensación de vacío y el sentimiento de fragilidad ante la pérdida de un ser amado.

Que la muerte sea estimada puede parecer contradictorio; sin embargo, el salmista declara: «Estimada es a los ojos del Señor la muerte de sus santos» (Salmo 116:15). Dios atesora la muerte de los suyos, porque les da la bienvenida a casa.

¿Quiénes son los santos de Dios? Según el salmista, los que sirven a Dios por haber sido liberados, invocan su nombre y cumplen lo prometido (vv. 16-18). Estas acciones son decisiones deliberadas de caminar con Dios, aceptar la libertad que el Señor ofrece y cultivar una relación con Él.

Pedro afirma: «Acercándoos a [Jesús], piedra viva, […] para Dios escogida y preciosa […]. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado» (1 Pedro 2:4-6). Cuando confiamos en Él, nuestra partida de esta vida es estimada a los ojos de Dios.