Bart Millard escribió un gran éxito musical cuando compuso Si solo pudiera imaginar. La canción describe lo asombroso que será estar en la presencia de Cristo. Su letra fue de consuelo para nuestra familia al año siguiente, cuando nuestra hija Melissa, de 17 años, murió en un accidente automovilístico, y nos imaginábamos lo que era para ella estar en la presencia de Dios.
Pero en los días después de la muerte de Mel, imaginar cobró otro sentido. Cuando los padres de amigos de mi hija se acercaban, preocupados y dolidos, decían: «No puedo imaginar lo que estás atravesando».
Sus útiles expresiones de empatía mostraban su lucha ante nuestra pérdida, la cual consideraban inimaginable.
David señaló la profundidad de una gran pérdida al describirla como andar por un «valle de sombra» (Salmo 23:4). La muerte de un ser amado es exactamente eso, y a veces, no sabemos cómo vamos a navegar en esa oscuridad; aun si siquiera podremos salir de allí.
Pero como Dios prometió estar con nosotros en ese valle ahora, también nos ofrece gran esperanza para el futuro, al asegurarnos que, luego, estaremos en su presencia. Para los creyentes, estar «ausentes del cuerpo» significa estar presentes con Él (2 Corintios 5:8). Esto nos ayuda a recorrer lo inimaginable.