¿Te acuerdas de Elmo? ¿De las muñecas Pimpollo? ¿De Furby? ¿Qué tienen en común? Están entre los 20 regalos de Navidad más famosos de todos los tiempos. También se incluyen en la lista los juegos de mesa familiares como Monopoly, Nintendo y Wii.

A todos nos gusta hacer regalos navideños, pero estos no son nada comparados con el deleite que tuvo Dios al dar el primer regalo de Navidad. Ese regalo vino en forma de bebé, nacido en un pesebre en Belén (Lucas 2:7).

A pesar de su humilde nacimiento, la llegada del Niño fue proclamada por un ángel, que declaró: «os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor» (vv. 10-11). Luego de esta magnífica noticia, apareció «una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (vv. 13-14).

Esta Navidad, disfruta haciéndoles regalos a tus seres queridos, pero nunca pierdas de vista cuál es la razón de dar: el favor espectacular de Dios hacia su creación, cristalizado en dar a su propio Hijo para salvarnos de nuestros pecados. Nosotros damos porque Él dio. ¡Adorémoslo con gratitud!