Tomás Edison inventó la primera bombilla de luz eléctrica. Jonás Salk desarrolló una efectiva vacuna contra la poliomielitis. Amy Charmichael escribió muchos de los himnos que cantamos en la iglesia. ¿Y tú? ¿Por qué estás en este mundo? ¿En qué invertirás tu vida?
Génesis 4 nos dice que Eva «concibió y dio a luz a Caín», y que después de sostenerlo en brazos por primera vez, anunció: «He adquirido varón con la ayuda del Señor» (v. 1LBLA). En un esfuerzo por explicar la sorprendente experiencia del primer nacimiento, Eva usa una frase que transmite dependencia de la ayuda soberana de Dios: «con la ayuda del Señor». Finalmente, a través de la simiente de Eva, Dios proveería el rescate para su pueblo por medio de otro Hijo: Jesús (Juan 3:16). ¡Qué legado maravilloso!
Tener hijos es solo una de las numerosas maneras en que la gente contribuye de forma duradera a este mundo. Quizá tu contribución surja de una habitación donde escribes, tejes o pintas. Tal vez seas un ejemplo para alguien que carece de una influencia piadosa. O puede ser que influyas de forma inimaginable después de tu muerte, mediante tu reputación de integridad en los negocios. Sea como sea, ¿tus palabras reflejan, como Eva, tu dependencia de Dios? Con su ayuda, ¿qué harás para honrarlo?