Un remedio disponible
Mientras seguía al guía del parque, tomaba notas de lo que él enseñaba sobre el bosque primigenio de las Bahamas. Nos dijo qué árboles evitar, ya que al tener veneno en la madera, segregan una savia negra que causa un doloroso sarpullido. ¡Pero no hay que preocuparse! Por lo general, el antídoto se puede encontrar en otra planta justo al lado. «Corten la corteza roja del elemí —explicó—, y froten la savia sobre la urticaria. Empezará a sanar de inmediato».
¿Quién soy yo?
A David le gustaba su trabajo, pero desde hacía tiempo, se sentía impulsado a hacer otra cosa. Ahora estaba por cumplir su sueño y salir a la obra misionera. Pero extrañamente, empezó a tener serias dudas.
¿«Simplemente la oficina»?
Miré las colinas verdes y ondulantes de Lancashire, en el norte de Inglaterra, y noté las cercas de piedra que encerraban algunas ovejas que vagaban por allí. Nubes esponjosas recorrían el cielo despejado, mientras yo inhalaba profundamente, absorbiendo el paisaje. Cuando le mencioné encantada la maravillosa escena a la mujer que trabajaba en el centro de retiro que estaba visitando, ella dijo: «Sabe, nunca lo había notado, hasta que nuestros huéspedes lo señalaron. Hemos vivido aquí por años, y cuando éramos granjeros, ¡esto era simplemente la oficina!».
Vivir como si Cristo volviera hoy
Me encanta la canción del cantante country Tim McGraw, Vive como si estuvieras muriendo. Allí describe algunas de las cosas emocionantes que quería hacer antes de morir un hombre que había recibido malas noticias sobre su salud. También decidió amar y perdonar a algunas personas, y hablarles con más dulzura. La canción recomienda que vivamos bien, como si supiéramos que nuestra vida terminará pronto.
Convicción de la fe
Desmond Doss fue reclutado durante la Segunda Guerra Mundial como no combatiente. Aunque sus creencias religiosas le impedían llevar armas, sirvió eficazmente como médico de combate. En una batalla, se enfrentó al intenso e incesante fuego enemigo, para poner a salvo a 75 soldados de su unidad que habían sido heridos. Su historia ha sido tema del documental Objetor de conciencia y trama de la película Hasta el último hombre.
Lugares de refugio falsos
Cuando nuestro perro Ruperto era cachorro, tenía tanto miedo de salir que había que arrastrarlo para ir al parque. Un día, cuando llegamos allí, cometí la tontería de soltarlo. A toda velocidad, regresó a casa, a su lugar de refugio.
Calificado a los ojos de Dios
Una empresa consultora en tecnología me contrató después de terminar la universidad, aunque yo no podía escribir ni una línea en código informático y sabía muy poco de negocios. Durante la entrevista de trabajo, me enteré de que la empresa no tenía muy en cuenta la experiencia laboral, sino que lo más importante eran las cualidades personales: capacidad de resolver creativamente los problemas, sensatez en el juicio y buen desempeño en equipo. Suponían que los nuevos trabajadores podían aprender las habilidades necesarias siempre y cuando fueran la clase de personas que buscaban.
Un escudo alrededor de mí
Nuestra iglesia sufrió una pérdida lamentable cuando Pablo, nuestro dotado director de canto, murió a los 31 años en un accidente en un bote. Él y su esposa DuRhonda conocían lo que era el dolor, ya que habían sepultado a varios hijos que habían muerto antes de nacer. Ahora habría otra tumba cerca de las de los pequeños. La aplastante crisis que experimentó esa familia fue como un golpe casi mortal en la cabeza.
Crecer en conocimiento
«¡Vas a ser estudiante de intercambio!». Con 17 años, me emocioné al escuchar que había sido aprobado para estudiar en Alemania. Pero eso fue solo tres meses antes de partir, y nunca había tomado clases de alemán.
El Nombre de nombres
El nombre de Antonio Stradivari (1644-1737) es legendario en el mundo de la música. Sus violines, chelos y violas son tan apreciados por su artesanía y claridad de sonido que muchos han recibido su propio nombre. Uno de ellos, por ejemplo, se conoce como Stradivarius El Mesías. Después de haberlo tocado en él, el violinista Joseph Joachim escribió: «El sonido del Strad, ese “Messie” singular, vuelve una y otra vez a mi mente, con su combinación de dulzura y grandeza».