Haralan Popov no tenía idea del giro que tomaría su vida cuando sonó el timbre una madrugada de 1948. Sin advertencia, la policía búlgara lo encarceló por su fe. Allí pasó los siguientes trece años de su vida, orando por fortaleza y valentía. A pesar del trato horrible, sabía que Dios estaba con él. Tras hablarles del evangelio a sus compañeros de cárcel, muchos creyeron en Cristo.
Génesis 37 relata que José no tenía idea de lo que le sucedería cuando sus hermanos lo vendieron a unos mercaderes que lo llevaron a Egipto, y estos lo vendieron a Potifar, un funcionario egipcio. No solo estaba rodeado de personas que adoraban miles de dioses, sino que, para empeorar las cosas, la esposa de Potifar trató de seducirlo. Como José la rechazó varias veces, ella lo acusó falsamente, y lo enviaron a la cárcel (39:16-20). Pero Dios no lo abandonó. Además de estar con él, «lo hacía prosperar en todo lo que emprendía», e incluso «le extendió su misericordia, y le permitió ganarse la buena voluntad» de las autoridades (39:2, 21 rvc).
Imagina el miedo que habrá sentido José. Pero permaneció fiel y conservó su integridad. Dios estaba con él en la adversidad y tenía un plan maravilloso para su vida. Y también lo tiene para ti. Cobra ánimo y camina en la fe, confiando en que Él ve y sabe todo.