El mejor regalo
Mi amiga Bárbara me ha dado innumerables tarjetas y regalos significativos. Pero cuando le conté que había recibido a Jesús como mi Salvador, me hizo el mejor regalo que recibí en mi vida: mi primera Biblia. Y dijo: «Puedes acercarte más a Dios y madurar espiritualmente encontrándote con Él todos los días, leyendo la Escritura, orando y obedeciéndole». Mi vida cambió cuando ella me invitó a conocer mejor al Señor.
Creador y sustentador
Trabajando con lupas y pinzas, el relojero suizo Phillipe me explicó meticulosamente cómo saca, limpia y vuelve a colocar las pequeñas piezas de relojes mecánicos artesanales. Entre las intrincadas partes, me mostró el elemento esencial: el muelle o resorte espiral. Esta pieza mueve todos los componentes que hacen que el reloj marque la hora. Sin él, incluso el reloj mejor diseñado no funciona.
Luces brillantes
En 2015, un grupo de nuestra iglesia quedó impactado con lo que vio en Mathare, uno de los barrios pobres de Nairobi, Kenia. Visitamos una escuela con pisos sucios, paredes de metal oxidado y bancos de madera. Pero en ese entorno extremadamente humilde, sobresalía una persona.
Rodeado por Dios
En un concurrido aeropuerto, una joven madre luchaba sola. Su pequeño hijo estaba con un berrinche terrible: gritaba, pataleaba y se negaba a abordar el avión. Abrumada y con un embarazo avanzado, la agobiada madre finalmente se rindió, se dejó caer frustrada al piso, se tapó la cara y empezó a llorar.
Recuerdo de mi padre
Cuando pienso en mi padre, lo recuerdo mejor al aire libre, martillando o cuidando el jardín, o trabajando en el sótano en su taller lleno de herramientas y artefactos fascinantes. Siempre estaba ocupado en alguna tarea o proyecto; a veces, construyendo un garaje, una plataforma o una casa para pájaros; otras veces, haciendo llaves; y en ocasiones, diseñando joyas y vitrales.
Pelusa y otras cosas
Winnie Pooh es famoso por decir: «Si la persona con la que hablas parece no escuchar, ten paciencia. Puede que solo tenga una pequeña pelusa en la oreja».
La bendición que vendrá
Una amiga y yo fuimos a caminar con sus nietos. Mientras empujaba el cochecito, comentó que estaba desperdiciando sus pasos, ya que el medidor de actividad que tenía en la muñeca no los registraba porque no estaba moviendo el brazo. Entonces, le recordé que, de todos modos, esos pasos la ayudaban a estar físicamente saludable. «Sí —dijo riéndose—, ¡pero quiero conseguir esa estrella dorada electrónica!».
Cantar en el Espíritu
Durante los avivamientos en Gales a principios del siglo xx, el autor y maestro bíblico G. Campbell Morgan describió lo que observaba. Estaba seguro de que la presencia del Espíritu Santo de Dios se movía en «ondulantes olas de canciones sacras». Había visto en las reuniones la influencia unificadora de la música, que despertaba plegarias, confesiones y cantos espontáneos. Si la emoción hacía que una persona orara demasiado largo o hablara de una manera que no hacía eco en los demás, alguien comenzaba a cantar suavemente. Luego, otros se le sumaban, y el coro aumentaba de volumen hasta ahogar todos los demás ruidos.
Nubes que se interponen
En noviembre de 2016, apareció una rara superluna: el satélite estuvo ubicado en el lugar más cercano a la tierra en más de 60 años, y por eso, parecía más grande y brillante que de costumbre. Pero para mí, ese día, el cielo estaba cubierto de nubes grises. Aunque vi fotos de esta maravilla que me mostraron algunos amigos de otros lugares, mientras miraba hacia arriba, tuve que confiar en que la superluna estaba escondida detrás de esas nubes.
Soportar las injusticias
El 30 de enero de 2018, Malcolm Alexander quedó libre después de 38 años de estar preso. Tras haber sostenido firmemente su inocencia en medio de una infinidad de procedimientos judiciales lamentablemente injustos, la prueba de ADN lo absolvió de culpa. No obstante, cuando salió, demostró una bondad enorme, al decir: «No puedes estar enojado. No queda suficiente tiempo para estarlo».