Jay Bufton convirtió su habitación del hospital en un faro.
Con 55 años de edad, el esposo, padre, profesor y entrenador estaba muriendo de cáncer, pero su habitación —la 5020— se convirtió en un faro de esperanza para amigos, parientes y personal del hospital. Por su actitud gozosa y su fe sólida, las enfermeras querían que las asignaran para asistirlo. Incluso, algunas iban a verlo fuera del horario de trabajo.
Aunque su cuerpo atlético ya estaba desgastado, saludaba a todos con una sonrisa y palabras de aliento. Un amigo dijo: «Cada vez que lo visitaba, estaba vibrante, positivo y lleno de esperanza. Vivía su fe aun frente al cáncer y la muerte».
En su funeral, un orador señaló que la habitación 5020 tenía un significado especial. En Génesis 50:20, José afirma que, aunque sus hermanos lo habían vendido como esclavo, Dios había convertido esa situación en algo bueno y con propósito: «darle vida a mucha gente». Aunque el cáncer invadió su vida, al reconocer la mano de Dios en ello, Jay podía decir: «Dios lo encaminó a bien». Por eso, aprovechó para contarles a otros sobre Jesús.
¡Qué legado de fe inconmovible en nuestro Salvador ante el llamado de la muerte! ¡Qué testimonio de confianza en nuestro Dios bueno y confiable!