Mientras conducía al trabajo, escuché una hermosa canción que preguntaba: Si pudieras volver atrás, sabiendo lo que ahora sabes, ¿qué le dirías a tu yo más joven? Al escucharla, pensé en los bocadillos de sabiduría y advertencia que podría darle a la versión más joven y menos sabia de mí. En algún momento de nuestra vida, la mayoría nos hemos preguntado cómo podríamos haber actuado de otro modo… si tan solo pudiéramos hacer todo de nuevo.
Pero la canción también explica que, aunque el remordimiento por el pasado nos envuelva, todas esas experiencias nos han transformado en lo que somos. No podemos volver atrás ni cambiar las consecuencias de nuestras decisiones o nuestro pecado, pero alabemos a Dios porque no tenemos que acarrear las pesadas cargas y los errores de ese pasado. ¡Jesús ya lo ha hecho! «Bendito el Dios y Padre […] que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos» (1 Pedro 1:3).
Si acudimos a Él con arrepentimiento y fe, nos perdonará. Ese día, somos hechos nuevos y comenzamos el proceso de transformación espiritual (2 Corintios 5:17). No importa qué hayamos hecho (o qué no); somos perdonados por lo que Él hizo. ¡En Cristo, somos libres!