Colombia
Ministerios Nuestro Pan Diario tiene el compromiso de hacer comprensible la palabra de Dios y accesible a todos, y este es nuestro fundamento espiritual. Con más de 80 años de ministerio, contamos actualmente con más de 600 funcionarios en 37 países, produciendo recursos bíblicos en más de 57 idiomas. Unos 60 millones de libros son distribuidos cada año en…
Brasil
Ministerios Nuestro Pan Diario tiene el compromiso de hacer comprensible la palabra de Dios y accesible a todos, y este es nuestro fundamento espiritual. Con más de 80 años de ministerio, contamos actualmente con más de 600 funcionarios en 37 países, produciendo recursos bíblicos en más de 57 idiomas. Unos 60 millones de libros son distribuidos cada año en…
Rendirse para vencer
La llaman «La huella del diablo». Es una impresión con forma de pie sobre el granito en una colina junto a una iglesia en Massachusetts. Según la leyenda local, la «huella» apareció un día otoñal en 1740, cuando el evangelista George Whitefield predicó con tal poder que el diablo saltó del campanario de la iglesia y aterrizó sobre la roca al huir del pueblo.
Salirse con la suya
En junio de 2004, en Vancouver, la esquiadora canadiense Beckie Scott recibió una medalla olímpica de oro. Es interesante, porque las Olimpíadas de invierno se realizaron en 2002 en Estados Unidos. Scott había ganado el bronce detrás de dos atletas que fueron descalificadas meses después, cuando se descubrió que habían usado estupefacientes.
Un corazón gozoso
La melodía favorita de mi nieta es una marcha de John Philip Sousa. Sousa, el «rey de las marchas», fue un compositor de fines del siglo xix. Moriah no está en una banda musical; tiene solo 20 meses de vida. Simplemente, le encanta la melodía y hasta puede tararear algunas notas. La asocia con momentos de alegría. Cuando nuestra familia se reúne, solemos canturrear esta canción mientras aplaudimos, y los nietos bailan o desfilan al ritmo de la melodía. Siempre termina con niños mareados y muchas risas.
Un día para descansar
Un domingo, estaba junto al arroyo que pasa por el medio de nuestro barrio, deleitándome en la belleza que trae a nuestra zona llena de edificaciones. Sentí cómo me relajaba al mirar el agua y escuchar el canto de los pájaros. Le di gracias al Señor por ayudarnos a encontrar descanso para nuestra alma.
El bien supremo
Mientras crecía en Jamaica, mis padres nos criaron a mi hermana y a mí para que fuéramos «buenas personas». En casa, bueno significaba obedecer a nuestros padres, decir la verdad, esforzarse en la escuela y el trabajo, y asistir a la iglesia… al menos, en Pascua y Navidad. Supongo que esta definición de ser una buena persona trasciende la cultura. Es más, el apóstol Pablo, en Filipenses 3, usó la definición cultural de ser bueno para expresar algo más grande.
Dar el primer paso
Con paciencia, nos esforzamos para ayudar a nuestro hijo a sanarse interiormente y adaptarse a su nueva vida con la familia. El trauma de su pasado en un orfanato generaba algunas conductas negativas. Aunque yo tenía gran compasión por él, sentía una lejanía emocional debido a estas conductas. Avergonzada, le conté mi lucha a su terapeuta. Su respuesta amable me conmovió: «Él necesita que des el primer paso… que le muestres que es digno de amor antes de que él pueda demostrar el suyo».
¿Qué haría yo?
«Percibir favoritismo es uno de los factores que más influyen en la rivalidad entre hermanos», dijo la doctora Bárbara Howard, especializada en desarrollo conductual. Un ejemplo sería José, el personaje del Antiguo Testamento, que era el hijo predilecto de su padre, lo cual enfureció a sus hermanos (Génesis 37:3-4). Por eso, vendieron a José a unos mercaderes que viajaban a Egipto, y fingieron que un animal salvaje lo había matado (37:12-36). El futuro de José parecía sombrío.
Celebra la libertad
Después de ser secuestrado, tenido como rehén durante trece días y liberado, el camarógrafo neozelandés Olaf Wiig anunció sonriente: «Ahora, me siento más vivo que nunca».