Pastor de por vida
Cuando mi hijo pasó de grado en la escuela, lloró, diciendo: «¡Quiero a mi maestra para siempre!». Tuvimos que ayudarle a darse cuenta de que cambiar de maestra es parte de la vida. Tal vez nos preguntemos: ¿Habrá alguna relación que dure para siempre?
Calle Godliman
Mi esposa y yo estábamos caminando por Londres, cuando llegamos a una calle llamada Godliman [Hombrepiadoso]. Nos dijeron que, una vez, allí vivió un hombre cuya vida era tan santa que su calle llegó a conocerse como «la calle de ese hombre piadoso». Esto me recordó una historia del Antiguo Testamento.
¿Qué dura para siempre?
Mi amiga, que había estado con muchas dificultades, escribió: «En los últimos semestres de la vida estudiantil, muchas cosas han cambiado… es aterrador. Nada permanece para siempre».
La valentía de Kossi
Mientras esperaba bautizarse en Togo, Kossi se inclinó a levantar una figura de madera. Su familia había adorado el objeto por generaciones. Ahora, observaron cómo él lo arrojaba a una pira preparada para la ocasión. Ya no sacrificarían sus mejores pollos a ese dios.
Su Palabra es la última palabra
Dawson Trotman, un líder cristiano de mediados del siglo xx y fundador de Los Navegantes, enfatizaba la importancia de la Biblia en la vida de los cristianos. Trotman terminaba cada día practicando lo que llamaba «su Palabra es la última palabra». Antes de irse a dormir, meditaba en un pasaje bíblico memorizado, y oraba por el lugar y la influencia que este tenía en su vida. Quería que las últimas palabras que pensara cada día fueran las de Dios.
Un corazón compasivo
Siete amigos asistimos a un espectáculo en un concurrido parque. Como queríamos sentarnos juntos, intentamos ubicarnos en una misma fila. Pero, mientras lo hacíamos, una mujer se apresuró a sentarse entre nosotros y masculló unas palabras descorteses mientras ella y sus dos acompañantes se metían en el medio.
Detrás de escena
Mi hija le envió un mensaje de texto a una amiga, esperando que le respondiera pronto. Apenas momentos después, empezó a disgustarse y a quejarse molesta por la demora. La irritación dio lugar a la preocupación, y mi hija se preguntó si la falta de respuesta indicaría un problema entre ella y su amiga. Al rato, llegó la respuesta, y mi hija se sintió aliviada. Simplemente, su amiga había estado resolviendo los detalles necesarios para responder.
Cuando «sí» implica «no»
Di gracias a Dios por poder cuidar a mi mamá durante su batalla contra la leucemia. Cuando los medicamentos empezaron a hacer más daño que bien, ella decidió dejar el tratamiento.