En 2014, se hundió un sumidero debajo del Museo Nacional Corvette, en Kentucky, Estados Unidos, y se tragó ocho autos deportivos antiguos e irremplazables. El daño en los automóviles fue tremendo; en algunos casos, imposible de reparar.
Uno en particular captó la mayor atención. Tasado en un millón de dólares, fue fabricado en 1992 y era el más valioso de la colección. Lo que sucedió con él después de sacarlo del pozo es fascinante: los expertos lo restauraron a la perfección, esencialmente, usando y reparando sus partes originales. Aunque esta belleza había quedado en una condición espantosa, ahora luce tan hermoso como cuando fue fabricado.
Lo antiguo y dañado fue hecho nuevo.
Este es un gran recordatorio de lo que Dios tiene preparado para los creyentes en Cristo. En Apocalipsis 21:1, Juan habló de haber visto «un cielo nuevo y una tierra nueva». Muchos eruditos de la Biblia creen que esta Tierra «nueva» es una Tierra renovada, ya que, según sus estudios sobre la palabra hebrea en este versículo, entienden que significa «fresca» o «renovada» después de haberle quitado su vieja degradación. Dios renovará lo corrupto en esta Tierra y proveerá un lugar nuevo, aunque también conocido, donde los creyentes vivirán con Él.