Me encanta el huevo roti prata, un panqueque popular en mi país, Singapur. Por eso, me llamó la atención leer que una persona de 57 kilos debe correr a 8 kilómetros por hora durante 30 minutos para quemar 240 calorías. Eso equivale a un solo huevo roti prata.

Desde que empecé a ir al gimnasio, esos números han adquirido un nuevo significado para mí, y suelo preguntarme: ¿Vale la pena esta comida con tantas calorías?

Aunque es sabio vigilar nuestra alimentación, es aun más importante vigilar nuestro consumo de los medios. Estudios demuestran que lo que vemos permanece en nuestra mente mucho tiempo e influye en nuestra conducta. Tienen un «efecto pegajoso»; como esa obstinada grasa en el cuerpo, tan difícil de perder.

Ante la variedad de contenidos en los medios, debemos ser consumidores prudentes. No significa leer o ver solo literatura y películas cristiana, sino ser cuidadosos con lo que vemos. Podemos preguntarnos: ¿Vale la pena dedicarles tanto tiempo?

En Filipenses 4:8, Pablo nos dice algo así: Alimenta tus ojos y tu mente con cosas verdaderas, nobles, justas, puras, amables, de buen nombre, virtuosas y dignas de alabanza. Esta es una «dieta» digna de lo que Cristo ha hecho y está haciendo en nosotros.