Leones al acecho
Cuando era niño, mi papá nos «asustaba» escondiéndose detrás de un arbusto y rugiendo como un león. Aunque en aquella época vivíamos en la zona rural de Ghana, era casi imposible que un león se acercara a la casa. Con mi hermano, nos reíamos y corríamos hacia el ruido, felices de poder jugar con papá.
Inclinarse hacia la Luz
Un día, recibí un ramo de tulipanes color rosa. Mientras las colocaba en un florero en el centro de la mesa de la cocina, las flores se balanceaban sobre los gruesos tallos. Al día siguiente, noté que apuntaban en otra dirección: en vez de estar derechas, se habían inclinado hacia un costado, bien abiertas y mirando hacia la luz del sol, que asomaba a través de una ventana.