Wilson Bentley estaba fascinado con la compleja belleza de los copos de nieve. Cautivado, los observaba a través de un microscopio que su madre le había dado y hacía cientos de bocetos de sus increíbles diseños, pero se derretían demasiado rápido como para captarlos en detalle. Varios años más tarde, en 1885, tuvo una idea. Conectó una cámara de fuelle al microscopio y, después de muchos intentos, tomó la primera de cinco mil fotografías de un copo de nieve, cada uno con un diseño único. Los describía como «pequeños milagros de belleza» o «flores de hielo».
No hay dos copos de nieve iguales, aunque todos vienen de la misma fuente. Lo mismo sucede con los seguidores de Cristo. Todos venimos del mismo Creador, pero somos diferentes. En su plan glorioso, Dios ha decidido juntar a personas totalmente distintas y formar un cuerpo unificado, y nos ha dado diversas habilidades. Al describir la variedad de dones a los creyentes, Pablo escribe: «hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo» (1 Corintios 12:4-6).
Gracias a Dios por la contribución singular que puedes ofrecer al ayudar y servir a otros.