Month: mayo 2015

¿Dónde nos apoyamos?

«¡Qué testimonios hermosos!», comentó Cintia mientras salíamos. Nuestra amiga Elena había muerto, y varios de sus amigos compartieron sobre lo bromista que había sido siempre. Sin embargo, su vida no fue solo chistes y risas. Su sobrino habló de la fe en Jesús de su tía y de cómo se preocupaba por los demás. Cuando él era adolescente y problemático, ella lo había recibido en su casa. Ahora, con más de 20 años, destacó: «Fue como una madre para mí. Nunca me abandonó en mis luchas. Si no hubiese sido por ella, habría perdido mi fe». ¡Qué influencia maravillosa! Elena se apoyaba en Jesús y quería que su sobrino también lo hiciera.

Cuenta tu historia

A Michael Dinsmore, ex preso y relativamente nuevo creyente en Cristo, le pidieron que diera su testimonio en una cárcel. Después de hablar, algunos presos se le acercaron y dijeron: «¡Fue la reunión más emocionante que hemos tenido!». Michael se asombró de que Dios pudiera usar su sencilla historia.

No hay necesidad trivial

Varias madres de hijos pequeños compartían respuestas alentadoras a sus oraciones, pero una de ellas dijo que se sentía egoísta al molestar a Dios con sus necesidades personales: «Comparadas con las enormes necesidades que el Señor enfrenta en el mundo, mis circunstancias deben de parecerle triviales».

Recordar a la gente

En una semana típica, muchos recibimos varios correos electrónicos que nos recuerdan citas, actividades futuras o pedidos de oración. Todos estos recordatorios son necesarios.

Todos a bordo


Un día, cuando dejé a mi esposo en la estación de ferrocarril local, observé al conductor que miraba para ver si había algún rezagado. Una mujer con el cabello mojado salió corriendo del estacionamiento y se subió al tren. Después, un hombre con traje oscuro corrió hacia la plataforma y entró en un vagón. El conductor esperaba pacientemente mientras varias personas más llegaban a último momento y subían.


¿Por qué pides?

Tal vez hayas oído el dicho: «Nuestras cosas pequeñas son grandes para el amor de Dios; nuestras cosas grandes son pequeñas para su poder». ¡Qué verdad! No hay nada en nuestra vida que sea tan pequeño que al Señor no le interese. Tampoco hay problema ni crisis tan grande que sobrepase su sabiduría y poder. Y, como nos ama, nos invita a hablarle de todo lo que nos preocupa (1 Pedro 5:7).

La escuela del dolor


En su libro El problema del dolor, C. S. Lewis señala que «Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero nos grita en nuestros dolores: es su megáfono para despertar a un mundo sordo». El sufrimiento suele ayudarnos a reacomodar la perspectiva y escuchar lo que Dios quiere decirnos. Las experiencias comunes se convierten en lecciones espirituales.


Corazón gozoso


Mientras esperaba para embarcar en el Aeropuerto Changi de Singapur, observé a una joven familia: mamá, papá e hijo. Había mucha gente frente a la puerta de embarque, y buscaban un lugar para sentarse. De pronto, el niño empezó a cantar en voz alta ¡Al mundo paz, nació Jesús! Tenía unos seis años; por eso, me llamó la atención que supiera toda la letra.