En un centro de exhibiciones naturales, vi que la rubicunda hijita de mi amiga daba golpecitos sobre el costado de una caja grande de vidrio, que contenía una serpiente toro que se deslizaba lentamente, mirando a la niña. Su cuerpo era tan grueso como mi antebrazo, con manchas marrones y amarillas. Aunque yo sabía que la víbora no podía salir del recipiente, ver una criatura con semejante aspecto amenazador tan cerca de una niñita me hizo temblar.

La Biblia habla de una época futura cuando los animales feroces no se pelearán entre sí ni amenazarán a los seres humanos: «Morará el lobo con el cordero […]. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid…» (Isaías 11:6, 8). Todos los habitantes del mundo experimentarán armonía y paz total.

El Señor establecerá este medio ambiente seguro cuando restaure el mundo con su sabiduría, poder y conocimiento. Entonces, juzgará con rectitud y justicia (v. 4), y todos reconocerán su grandeza: «la tierra será llena del conocimiento del Señor» (v. 9).

Vivimos en un mundo quebrantado. La injusticia y la discordia, el temor y la angustia son una realidad en nuestra vida diaria. Pero, un día, Dios cambiará todo, y «nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación» (Malaquías 4:2). Entonces, Jesucristo gobernará el mundo con justicia.