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En algunos países de América Latina, durante el mes de julio, se celebra el Día internacional de la amistad.

Todos necesitamos, al menos, uno o dos amigos cercanos. Un niño definió a un amigo como «alguien que sabe todo sobre ti y que, de todas maneras, te quiere». Ralph Waldo Emerson declaró: «Un amigo bien puede considerarse la obra maestra de la naturaleza». Henry Durbanville hizo la siguiente observación sobre la amistad: «Un amigo es la primera persona que llega cuando todo el mundo se va». Y Cicerón dijo que «la amistad promueve la felicidad y abate la tristeza, al duplicar nuestro gozo y dividir nuestro dolor».

En Proverbios 17:17, Salomón escribió: «En todo tiempo ama el amigo…». No podemos mejorar esa definición. Tener a alguien que permanezca fiel a nosotros en cualquier circunstancia es una de las mayores bendiciones de la vida. Necesitamos con desesperación el apoyo y el aliento que solo un amigo íntimo puede ofrecer cuando las cargas de la vida nos pesan mucho. Sin duda, Jesús es el amigo por excelencia, porque dio su vida por sus amigos (Juan 15:13).

Proverbios 18:24 enseña algo importante y nos lleva más allá de una descripción de lo que significa ser amigo. Dice que «el hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo». La implicación es clara: la amistad debe empezar en nosotros.

Amigos como esos son cruciales en los momentos difíciles. Jonatán fue así con David. El rey Saúl, su padre, que envidiaba tremendamente la popularidad de David y las bendiciones que Dios había derramado sobre él, trató de matarlo (1 Samuel 19:9-10). David huyó y le pidió a su amigo que lo ayudara (cap. 20). Mientras estaba escondido en el campo, Jonatán estaba comiendo con su padre y se dio cuenta de que Saúl indudablemente quería matar a David (vv. 24-34).

Debido a su profunda amistad, Jonatán «tenía dolor a causa de David»  (v. 34). Entonces, le advirtió sobre el plan de su padre y le aconsejó que se fuera (vv. 41-42). David reconoció que Jonatán era un gran amigo. La Biblia dice que lloraron juntos, pero que «David lloró más» (v. 41). Sus almas estaban entrelazadas.

Debemos tomar la iniciativa para cultivar relaciones de amistad con otras personas. Seamos con los demás como deseamos que ellos sean con nosotros. Cuando se trata de amigos, si quieres uno, debes ser uno. Los amigos rara vez se encuentran; más bien, se hacen.