Tal como soy
Recuerdos agradables inundaban mi mente mientras asistía a un concierto. El líder del grupo acababa de anunciar la próxima canción: «Tal como soy». Recordé cuando, años atrás, al terminar de predicar, el pastor de mi iglesia invitaba a las personas a pasar al frente para recibir a Cristo como Salvador, mientras nosotros cantábamos ese himno.
Marcas de familia
Las islas Aran, frente a la costa oeste de Irlanda, son conocidas por sus hermosos suéteres. Se usa lana de oveja para entretejer los diseños y adornarlos. Muchos se relacionan con la cultura y el folclore de esas pequeñas islas, pero algunos son más personales. Cada familia que reside allí tiene su propio diseño como marca registrada, el cual es tan distintivo que, si un pescador se ahogara, se dice que podrían identificarlo con solo examinar su suéter para ver la marca registrada de su familia.
Entrar con confianza
Mont Saint-Michel es una isla sometida a las mareas y ubicada a unos 800 metros de la costa de Normandía, en Francia. Durante siglos, ha albergado una abadía y un monasterio; una atracción para los peregrinos religiosos. Hasta que se construyó una calzada de acceso, se caracterizó por el peligro que significaba llegar hasta allí, lo que produjo la muerte de algunos visitantes. Durante la marea baja, está rodeada de bancos de arena, los cuales se cubren de agua en pleamar. Llegar a la isla daba mucho miedo.
Valiente y constante
Mientras leía el aviso fúnebre de Eugene Patterson, unos de los ganadores del Premio Pulitzer durante el siglo pasado, me sorprendieron dos cosas. En primer lugar, Patterson fue durante muchos años un valiente defensor de los derechos humanos en una época en que muchos se oponían a la igualdad racial. Además, escribió una columna en un periódico todos los días durante ocho años. ¡Esto equivale a 2.922 artículos! Día tras día, año tras año. La valentía y la constancia fueron factores clave en el impacto que produjo su vida.
Perspectiva divina
Santiago y unos amigos hicieron un viaje a Nueva York durante las vacaciones escolares. Una tarde, tomaron un taxi y fueron a visitar el edifico Empire State. A Santiago, el recorrido por las calles le pareció caótico y peligroso; sin embargo, cuando llegó a la plataforma de observación del rascacielos y miró para abajo hacia las calles de la ciudad, quedó asombrado ante el orden y la organización. ¡Qué cambio le produjo esa nueva perspectiva!
Nuestra obra
La primavera acababa de convertirse en verano y los granos empezaban a dar fruto mientras nuestro tren recorría la fértil zona por donde íbamos. Las fresas estaban maduras, y había personas arrodilladas cortándolas entre el rocío de la mañana. Los arándanos absorbían tanto los rayos solares como los nutrientes de la tierra.
Buscar Zaqueos
Alfredo camina por las calles de la ciudad buscando a Zaqueo, pero este no es el personaje bíblico, porque a ese, Jesús ya lo encontró. Alfredo y unos amigos que trabajan en un ministerio urbano hacen lo que Jesús hizo en Lucas 19. Recorren voluntariamente la ciudad para encontrarse con personas y ayudar a los necesitados.
Estrellas con nombre
En una planicie en las alturas del desierto de Atacama, en Chile, el radiotelescopio más grande del mundo les ofrece a los astrónomos una visión del universo jamás vista. En un artículo de una agencia de noticias, Luis Andrés Henao habló sobre los científicos de muchos países que «buscaban indicios de la aurora del cosmos, desde los gases más helados y el polvo donde se forman las galaxias y nacen las estrellas hasta la energía producida por el Big Bang [la Gran Explosión]».
Agitar bandera blanca
Hace poco, mientras miraba un video de una reunión en una iglesia en Sudamérica, observé algo que nunca había visto. Mientras el pastor invitaba apasionadamente a su rebaño a entregar su vida a Cristo, uno de los miembros de la congregación sacó del bolsillo un pañuelo blanco y empezó a agitarlo. Después, otro, seguido de varios más. Con lágrimas en los ojos, estaban expresando su total consagración al Señor.
Remordimientos duraderos
Mientras conversaba con una talentosa pianista, me preguntó si tocaba algún instrumento musical. Cuando respondí «toco la radio», se rio y quiso saber si alguna vez había querido aprender a ejecutar alguno. Avergonzado, contesté: «Tomé clases de piano cuando era niño, pero abandoné». Ahora, ya adulto, lamento no haber continuado. Me encanta la música y ojalá pudiera tocarlo hoy. Esa charla me trajo a la mente que la vida suele estar estipulada por las decisiones que tomamos… y algunas producen remordimiento.