Month: marzo 2014

La pluma silenciosa

Harry Truman, un expresidente de los Estados Unidos, tenía una regla: toda carta escrita con enojo debía permanecer en su escritorio durante 24 horas, antes de ser despachada. Si al final de ese período de «enfriamiento» sus sentimientos no habían cambiado, la mandaría. Al final de su vida, las cartas que no había enviado llenaban un cajón grande de su escritorio.

Aplicación personal

Mientras era maestro y director técnico en una escuela secundaria cristiana, me encantaba interactuar con los jóvenes y tratar de guiarlos a vivir una vida con propósito y a la semejanza de Cristo, caracterizada por el amor a Dios y a los demás. Mi meta era prepararlos para que vivieran para Dios durante toda la vida. Eso solamente sucedería si transformaban su fe en una parte vital de su andar con la ayuda del Espíritu Santo. Los que no seguían a Cristo enfrentaron dificultades cuando ya no estaban bajo la influencia de sus maestros y padres cristianos.

Vestido para engañar

Mientras escalaba unas montañas, un cazador divisó un carnero que no se parecía al resto del rebaño. Al acercarse para verlo, se dio cuenta de que el extraño animal era un hombre disfrazado. Cuando las autoridades lo contactaron para averiguación, declaró que su disfraz era un traje de pintor cubierto de lana, y que estaba probándolo para salir de cacería.

Poder transformador

A muchos les gusta participar en juegos que prueban cuánto saben. Hace poco, un colega y yo estábamos probando un juego sobre conocimiento bíblico en un lugar abierto de nuestra oficina, así que los que estaban cerca podían oír lo que hablábamos. Poco después, algunos de ellos empezaron a responder preguntas que iban desde el arca de Noé hasta la mujer junto al pozo. Nos encantó oír que varios miembros del personal respondían voluntariamente las preguntas sobre la Biblia.

Traducción fiel

A través de los años, he tenido oportunidad de enseñar de la Biblia a muchas personas en todo el mundo. Como solamente hablo inglés, suelo trabajar con intérpretes que pueden tomar las palabras de mi corazón y traducirlas al idioma de los oyentes. La comunicación eficaz depende totalmente de la habilidad de estos traductores. Ya sea que se trate de Inawaty en Indonesia, Annie en Malasia o Jean en Brasil, ellos se aseguran de que el significado de mis palabras se exprese claramente.

¡Acá está…!

Uno de los primeros juegos entre padres e hijos es una especie de susto falso. El padre esconde la cara detrás de las manos y, de pronto, se descubre y dice: «¡Acá está…!». El niño se ríe ante la sonsera.

Mi papá y yo

Una vez, un amigo mío pasó un día instalando grandes losas de piedra en su jardín. Cuando su hija de cinco años rogó que la dejara ayudar, él le sugirió que cantara para alentarlo. Ella se negó, ya que quería ayudar. Con mucho cuidado, el padre la dejó poner sus manos sobre las piedras mientras las movía.

Basta de prejuicios

Una encuesta hecha por una revista en 2010 contenía algunas estadísticas sorprendentes: el 57% de los gerentes de contrataciones cree que a un candidato sin atractivo (aunque calificado) le cuesta más conseguir un trabajo; el 84% señaló que sus jefes dudarían en contratar a alguien calificado, pero de edad avanzada; y el 64% afirmó que debería permitírseles a las empresas contratar gente según su apariencia. Todos estos son ejemplos claros de un prejuicio inaceptable.

Gratificación instantánea

En 1972, la cámara Polaroid SX-70 revolucionó el mundo de la fotografía. Un artículo de una revista la describía como «un milagro de la física, la óptica y la electrónica». Cuando se tomaba la foto, «un cuadrado negro salía del frontal de la cámara y se revelaba delante de nuestros ojos». La gente quedó atrapada con la rapidez y lo inmediato de los resultados.

Jesús ama a todos

Fue un poco inusual, pero escuché la misma canción tres veces en el mismo día. Temprano por la tarde, estuve en un hogar de ancianos donde cantó un coro. Al terminar nuestro tiempo juntos, una de las residentes dijo al final de su oración: «Canten conmigo Cristo me ama». Al final de la tarde, asistí a una reunión de jóvenes, quienes la cantaron mientras seguían el ritmo con las manos y los pies. Por la noche, recibí un mensaje de texto en mi teléfono, con una grabación de mi sobrina nieta de dos años y medio que cantaba la misma canción con su dulce vocecita. Ese día, personas de más de 90 años, algunos jóvenes y una niñita entonaron la misma melodía.