Tal vez tu mama fue como la mía. Ni bien alguien me había
dado una galleta sentía que ella me daba un codazo al
costado y me susurraba, «Dí gracias.» Éste es un buen hábito
al cual acostumbrarse. Mi esposa y yo ahora les damos un codazo
a nuestros hijos con la instrucción de «Dí gracias.»

Así como es correcto decir «gracias,» lo que Dios desea es una
actitud agradecida que se adentre mucho más allá de la gratitud
superficial y verbal. La auténtica gratitud sobrepasa la obligación y
muestra que verdaderamente apreciamos lo que hemos recibido
de Él. Para entender este paso de madurez, volvamos al colegio.
Considera el siguiente plan de estudios y pregúntate en qué grado
estás:

El agradecimiento de nivel pre-escolar nos manda a ofrecer
«continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir,
el fruto de labios que confiesan su nombre» (Hebreos 13:15). En
efecto, le decimos a Dios, «Me ayudaste, y te lo agradezco. He
cumplido con mi obligación.» Es bueno que hagamos lo que se
exige a este nivel, pero no debemos esperar que fluya un montón
de gozo de nuestro agradecimiento superficial y mecánico.
El agradecimiento de nivel secundario es mejor. «Dad gracias en
todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo
Jesús» (1 Tesalonicenses 5:18). En toda situación, tú y yo siempre
podemos tomar la decisión de ser agradecidos por algo. Si,
siempre. Esta gratitud sí produce gozo — en tanto que no estés
pasando por algo demasiado difícil.

El agradecimiento de nivel de postgrado lleva al verdadero gozo.
«Dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, a Dios, el Padre» (Efesios 5:20). Esto va más allá del
curso de secundaria que busca encontrar un buen aspecto en una
circunstancia desafiante. Éste es el agradecimiento que confía en
Dios y que incluso está agradecido por las cosas que no
elegiríamos vivir. Es la gratitud que promete victoria en toda
circunstancia.
Cualquiera que sea nuestra situación, tú y yo, por fe, tenemos
que llegar al lugar donde permitimos que el Señor saque un
auténtico agradecimiento de nuestros corazones. Esto significa
verdadera gratitud por todo lo que Él permite en nuestras vidas.
Ese tipo de agradecimiento produce un gozo a tal profundidad que
no se puede experimentar de ningún otro modo. —JM